Pilar Gómez, directora del CEL y de la Torre del Infantado: «He sido educada en la capacidad de trabajo, en el qué hay que hacer»

Pilar Gómez Bahamonde nació en Santiago de Compostela en 1972, Año Jubilar Lebaniego. Con ascendencia de Liébana, Pilar llegó a la comarca en 2005 y, desde entonces, su vida ha sido «una consecución de momentos propicios», aunque reconoce que «he sido educada en la capacidad de trabajo, en el qué hay que hacer».
Después de tomar una «drástica y dura» decisión, su andadura en la comarca lebaniega comenzó diseñando un curso de inglés para hostelería, con la «abrumadora» responsabilidad de sacar a una niña adelante ella sola. Sin embargo, pronto pasó a ser la coordinadora del proyecto ‘Ciudades Digitales’ en Potes, un curso para alfabetizar digitalmente el Mundo Rural. «Yo he ido funcionando por proyectos porque iba viendo y el tener una peque también te condiciona mucho», explica.
«Somos fruto de las decisiones que tomamos en nuestra vida. Vamos tomando decisiones y vamos encaminando nuestro futuro de alguna manera», reflexiona.
En la actualidad, Pilar ejerce como directora del Centro de Estudios Lebaniegos (CEL) desde 2008 y de la Torre del Infantado desde 2011. «A mí todo me coge por sorpresa», pero «todo lo que cojo, lo cojo con ilusión. Esa soy yo», confiesa.
En el ámbito laboral, Pilar es una mujer rodeada de hombres: alcaldes, consejeros, presidentes de organizaciones… Y a pesar de que reitera que «no puedo contar más que experiencias positivas», ella también tiene alguna historia anacrónica que contar.
«Un señor muy mayor me dijo que estaba quitando un puesto de trabajo a un padre de familia»
En su caso, hace años un señor muy mayor se le acercó y le dijo que «estaba quitando un puesto de trabajo a un padre de familia. Fue un shok para mí. No me lo esperaba. Me lo dijo en la calle, en un evento. Me ruboricé tantísimo… Y le dije: yo también tengo una hija. Me miró como diciendo… ¿y?», cuenta entre risas.
En cuanto al mundo eclesiástico, Pilar destaca que «en el Monasterio, los frailes tuvieron siempre una acogida magnífica a cualquier colaboración conmigo», lo cual achaca a que «siempre he respetado muchísimo a cada persona con la que he colaborado o a quien iba a molestar para proponerle un proyecto». «No quieres molestar, inmiscuirte. Nunca me extralimité, siempre consulté todo. Ellos confiaban en mí«, justifica.
Para entender mejor y comprender dicha institución, Pilar realizó diversos cursos sobre la historia del monacato. «Hay que respetar a todo el mundo, pero respetas mejor cuando comprendes, porque conoces cuáles son tus límites y los de la otra persona. Hay que tener muchísima ética. Mis abuelos eran así ya. Es una cuestión de principios. Es lo que yo también transmito a mi hija», explica.

Pilar, el escultor José Cobo y la directora de la Asociación Matilde de la Torre durante las Jornadas sobre la obra de Beato de Liébana.
«Lo que he hecho ha sido disociar entre religión y patrimonio religioso»
Pilar considera que con ella «es todo una providencia», ya que su primer contacto con los beatos tuvo lugar mientras estudiaba la carrera de Filogoía Inglesa. «Llegué a Beato a través del Códice de Las Huelgas porque tiene una inscripción en inglés antiguo después del colofón».
Pese a la gran carga religiosa que posee el patrimonio que Pilar preserva y difunde a diario, «lo que he hecho desde el principio ha sido apostar por disociar entre religión y patrimonio religioso. Lo que tenía claro era el poder cultural que subyace de Beato de Liébana».
«A mí, como lingüista, lo que me mueve es el esfuerzo de ese ser humano en el siglo VIII para que todo el mundo entendiera su mensaje, fuera cual fuera. Lo que quiero extraer de ese mensaje es la ardua labor que desempeña, lo que le lleva a meter imágenes en su obra. A él lo que le mueve es el afán de difusión y de educación», subraya de la tarea de Beato.

Visita de la directora general de Turismo de Cantabria , Eva Bartolomé, y del embajador de Rusia en España.
Así, la sala de beatos de la Torre del Infantado se ha convertido en su «lugar favorito del mundo», porque «veo la labor del escriptorium de Beato sublimada con todas esas piezas que significan el tesón y la capacidad de crear maravillas y de superarse con cada folio que miniaban». «Cuando veo el de En, la miniaturista, la única mujer que copia un beato, es para mí la que mejor capta el mensaje que él quería transmitir… es la única que lo hace trascender, porque para reforzarlo pinta la primera imagen de Santiago en la historia de la iconografía mundial. Eso me parece impresionante y es lo que le he intentado transmitir a mi hija siempre: no hay límites que el empeño no pueda derribar…«, cuenta.
«Liébana ofrecía salud»
Pilar describe este año como «amargo para todos», pero destaca que desde el CEL y la Torre del Infantado «nos hemos volcado digitalmente para hacer talleres online y acercar la realidad cultural a las personas que no se podían mover». «Hemos trabajado hacia fuera», subraya.
Aun así, el verano ha sido «impresionante», afirma. «Hemos alcanzado cotas que no se habían alcanzado en un Año Jubilar», ratifica todavía sorprendida.
Para Pilar, lo que ha puesto en valor este año tanto a Cantabria en general como a Liébana en particular ha sido el «solar, aire puro, naturaleza, espacios abiertos y salud». «Liébana ofrecía salud, y lo ofrece», dice con seguridad. En la comarca «preservamos nuestras tradiciones, cuidamos de nuestros mayores y por ellos nos comprometemos a cuidarnos más. Y eso el visitante lo ve y se siente a gusto», asegura.
«Liébana es más que el territorio que pisas»
Pilar se describe como «una apasionada de la zona en la que vivo» y apunta que «la idiosincrasia lebaniega es un cúmulo de cosas, no solo son los Picos. Es más que el territorio que pisas».
De la comarca, Pilar destaca las tradiciones y el arraigo. «En una zona tan aislada como esta, todo se conserva más», señala. «Conozco gente que no está bautizada pero va el 2 de mayo a la procesión de La Santuca, llueva o truene, porque es su raigambre, su cultura y su identidad», comenta.
Además, distingue de Liébana su «referente lingüístico en el que permanecen términos que han desaparecido en el resto de la península y siguen aquí, el patrimonio intangible de Concepción Arenal y Jesús de Monasterio, y un patrimonio intangible a la tradición que es La Vez de Santo Toribio, por el compromiso, la raigambre, la responsabilidad y la concienciación«, algo que «a mí me pasma».
En su opinión, las ciudades son «crisoles de una multiplicidad de procedencias, de maneras de pensar, de bagajes distintos, de maletas distintas que la gente lleva consigo». En cambio, «en el ambiente rural el ser humano queda preservado. Quizá porque podemos tener más tiempo para la reflexión, para pensar… Las fuerzas telúricas de la zona te engullen y la realidad que nos rodea nos moldea», analiza.
«Los ritmos en las ciudades, a veces, son frenéticos. La gente toma decisiones constantemente, pero reflexionar… eso necesita más tiempo para abstraerte y concentrarte», incide.
«El Camino lebaniego es un potenciador de espiritualidad»
La directora del CEL se muestra «convencidísima» de que el Camino lebaniego es «un potenciador de la espiritualidad», en el que «quien lo tenía, lo potencia, y quien no, lo descubre».
«El Camino se hace por múltiples motivos», pero «el dramatismo de la naturaleza que nos rodea, esa orografía tan marcada, esas montañas y esas perspectivas desde arriba que te hace trascender… les reporta una espiritualidad que quizá no buscaban«, dice muy segura de su afirmación.
«La espiritualidad que alcanzan aquí, el nivel de trascendencia, de reflexión y de introspección, no te lo da una carretera poblada de miles de personas peregrinando por un llano. Te lo da peregrinar en plena naturaleza con esta orografía tan marcada», recalca.
Esta percepción de Pilar, quien también administra el albergue de peregrinos de Potes, la vincula «a la esencia del ser humano de la búsqueda de algo ulterior, de algo más elevado».
«Un 26% de los peregrinos son mujeres»
El número de mujeres peregrinas aumenta cada año de forma gradual, pero encontrar a una peregrina individual continúa siendo «una rareza», ya que «normalmente vienen acompañadas en pareja o en grupos de amigos».
De hecho, las mujeres representan tan solo el 26% de peregrinos que realizan el Camino Lebaniego, un dato que Pilar atribuye a «una cuestión de independencia» y considera que «hay que tener en cuenta que el camino lebaniego es arduo».
Año Jubilar Lebaniego 2023
En cuanto al próximo Año Jubilar Lebaniego, la directora del CEL adelanta que «ya se está planificando y se están organizando programas y proyectos». Además, pronostica que «va a ser una concatenación de actividades conjuntas en torno a la peregrinación», puesto que Compostela ha pospuesto su jubileo al 2022, y unos meses más tarde «irrumpe» el Año Jubilar Lebaniego.
«Va a ser muy bonito», comenta Pilar con optimismo, puesto que «no estamos solos», sino que va a entrar en juego el trabajo de distintas instituciones y organizaciones como la Fundación Camino Lebaniego, la Consejería de Cultura ode Cantabria, el CEL, la Torre del Infantado, Europa, el Xacobeo, y la Future for Religious Heritage (FRH), una Organización Europea para la Defensa del Patrimonio Religioso de Europa, la cual «tiene muy clara la fuerza de la peregrinación como un objetivo para cuidar y proteger dentro del patrimonio religioso de Europa».

Congreso Internacional de la Organización Mundial de Turismo (Fátima).
Mujer todoterreno
Pilar Gómez Bahamonde (Santiago de Compostela, 1972) es directora del Centro de Estudios Lebaniegos desde 2008 y de la Torre del Infantado de Potes (Cantabria) desde 2011.
Aunque estudió filología inglesa, Pilar es una mujer todoterreno, puesto que ha hecho, literalmente, de todo: ha coordinado el proyecto Ciudades Digitales en Liébana, ha ejercido como corresponsal de un periódico de tirada regional, se ha formado en el Master Universitario en Museología, Educación y Patrimonio (Universidad de Murcia), y recientemente ha sido elegida como presidenta de la Future for Religious Heritage (FRH).
También ha impartido diferentes ponencias en la Biblioteca Angélica (Roma), en el Instituto Cervantes del Español (Bruselas) y en el Congreso sobre el Arte Románico (Madrid), entre otras conferencias.
Además, Pilar es la autora de los libros ‘Liébana, Anuario’ (2006) y ‘Libro Blanco del Año Jubilar’ (2007).