Comienza la cuenta atrás: 365 días para el Año Jubilar Lebaniego

La Puerta del Perdón del monasterio de Santo Toribio de Liébana se abrirá el domingo 16 de abril de 2023 para dar comienzo al 74 Año Jubilar Lebaniego, que propiciará la llegada de miles de peregrinos a este lugar santo para venerar el mayor fragmento de la Cruz de Cristo que existe en el mundo, denominado ‘Lignum Crucis’.
El Año Jubilar Lebaniego, cuya última celebración tuvo lugar en 2017, se ha designado como ‘Acontecimiento de Excepcional Interés Público’.

Fachada del Monasterio de Santo Toribio de Liébana.
Historia
Toribio de Astorga dejó su ciudad natal en el siglo V para peregrinar a Jerusalén, donde ejerció como custodio de las Santas Reliquias de la Cruz de Jesús.
Con motivo de la invasión persa a la ciudad santa, Toribio llevó las reliquias a Roma. Allí, el Papa le nombró primer obispo de la diócesis de Astorga y le permitió regresar a su ciudad natal con la reliquia, la cual depositó en la Catedral de Astorga.
El dominio musulmán favoreció que en el siglo VIII las reliquias fueran escondidas en el monasterio de San Martín de Turieno.
Este hecho convirtió al monasterio en un importante centro de peregrinación, por lo que en 1512 el Papa Julio II concedió a este lugar el privilegio del Año Santo cada vez que el 16 de abril, festividad de Santo Toribio, caiga en domingo.
Así pues, el monasterio de Santo Toribio es uno de los cuatro lugares santos del cristianismo en todo el mundo junto a Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela.
No obstante, en las últimas décadas se ha concedido la Bula a otros cuatro lugares: Caravaca (Murcia), Urda (Toledo), Valencia y Ávila.
Monasterio de San Martín de Turieno
El monasterio de San Martín es uno de los primeros de Cantabria de los que existe constancia documental, desde el siglo VIII.

Interior del monasterio de Santo Toribio.
De hecho, la primera referencia al monasterio de San Martín de Turieno como monasterio de Santo Toribio data de 1125.
Las primeras construcciones serían sencillas, de estilo prerrománico, tradición visigoda e influencia asturiana.
La actual iglesia, parte más antigua del monasterio, se construyó en 1256. El templo sigue las directrices del gótico monástico de influencia cisterciense y presenta una gran sobriedad decorativa.
La planta es rectangular y proporciona un espacio diáfano y una prismática torre a los pies de la nave central. Posee una cabecera de tres ábsides y un cuerpo de tres naves con bóvedas de crucería. La escasa decoración se concentra en los capiteles. Así, los del ábside mayor están decorados por cabezas humanas y de animales.

Talla yacente de Santo Toribio.
Por su parte, el ábside central está presidido por un icono de Cristo crucificado. En el ábside del Evangelio se encuentra una talla yacente de Santo Toribio de Liébana realizada en madera de olmo, mientras que en el ábside de la derecha se puede observar la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles.
En las paredes del interior del claustro cuelgan las reproducciones de algunos Beatos, ya que en esta edificación fue donde Beato de Liébana escribió e ilustró sus libros, entre los que destaca ‘Comentarios al Apocalipsis’.

Puerta del Perdón.
En el exterior destaca la fachada meridional en la que se encuentran las dos portadas. La principal, la más amplia, en arco apuntado rodeado de arquivoltas que se apoyan en capiteles, cuyas representaciones simbólicas hacen referencia a los sacramentos. A su derecha, junto a un contrafuerte, se construyó la Puerta del Perdón.
El monasterio de Santo Toribio de Liébana estuvo habitado por monjes benedictinos, pero la desamortización de Mendizábal, en la que a los monjes se les arrebataron los terrenos, esta comunidad desaparece hasta que una comunidad de franciscanos empiezan a regirlo, reviviendo la tradición de San Francisco de Asís, en 1961.

Claustro del monasterio de Santo Toribio.
Lignum Crucis
El Lignum Crucis es el fragmento más grande conservado de la cruz de Cristo y corresponde al brazo izquierdo de la Cruz, cuya parte vertical mide 63 centímetros mientras que la horizontal es de 39 centímetros.
Consta de una pequeña ventana sin cristal en su parte inferior que, hasta la llegada de la pandemia, permitía a los peregrinos besar directamente la madera.
El trozo está dividido en dos cachos, colocados en forma de cruz e incrustados en una cruz relicario de plata dorada.
Un análisis científico realizado en 1958 por el Instituto de Ciencias Forestales de Madrid revela que es una madera de ciprés oriental de hoja perenne, de más de 2.000 años de antigüedad, de la zona de Palestina.
La reliquia está situada en un baldaquino de estilo barroco que se encuentra en el centro del presbiterio, construido en 1705, del que destacan la cúpula y una exuberante decoración de guirnaldas, motivos heráldicos y otros elementos simbólicos de la Pasión.
La capilla que alberga la reliquia es del siglo XVIII y de estilo barroco colonial. Está constituida por una nave de tres tramos.
A la derecha del baldaquino se erige la estatua orante de Don Francisco Gómez de Otero y Cossío, arzobispo de Santa Fe de Bogotá e inquisidor de Madrid, natural de Turieno.
Baldaquino de estilo barroco construido en 1705 que aguarda el Lignum Crucis.