Hallado en Cillorigo de Liébana un nido de la primera pareja reproductora de quebrantahuesos en la vertiente cántabra de los Picos de Europa

Los técnicos de seguimiento de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ), en colaboración con los agentes del Medio Natural del Gobierno de Cantabria, han confirmado esta semana el establecimiento de la primera pareja reproductora de quebrantahuesos en la vertiente cántabra del Parque Nacional de los Picos de Europa desde su extinción en el territorio a principios del siglo pasado, tras certificarse el proceso de incubación en un nido localizado en el municipio de Cillorigo de Liébana.
La nueva unidad reproductora, integrada por Jana (2016) y Centenario (2017), se encuentra en pleno proceso de incubación, después de dos años mostrando diversos comportamientos pre-reproductivos como la selección y defensa del territorio, el traslado de lana para el acondicionamiento de nidos y las primeras cópulas.
Es un proceso largo, puesto que se trata del asentamiento de una especie en un nuevo territorio tras su reintroducción. De hecho, suelen transcurrir años hasta que comienzan a constituir territorios reproductores y una pareja consigue criar su primer pollo, un hecho que se sitúa entre los 9 y 10 años de vida de media en la especie.
Sin embargo, este caso destaca por la juventud de los ejemplares (Jana cinco años y Centenario seis años), aunque los expertos en la especie han argumentado que se pueden esperar las reproducciones tempranas en poblaciones incipientes como la de Picos de Europa debido a que no existe competencia territorial con otras parejas ya consolidadas.
Por ello, es fácil que en los próximos años puedan instalarse nuevas parejas en este entorno, las cuales contribuirán a la consolidación de la incipiente metapoblación ibérica.
Así pues, esta pareja se suma a las dos ya certificadas en la vertiente asturiana del Parque Nacional de los Picos de Europa.
En este área se trabaja desde hace años con la marca de garantía Pro-Biodiversidad, impulsada por la FCQ, que certifica las producciones ganaderas de ovino que operan en extensivo y contribuyen a conservar la biodiversidad de las áreas de montaña, como se ha demostrado en este caso con la selección del territorio por esta pareja de quebrantahuesos.