La licitación para la reapertura del matadero de Liébana y Peñarrubia vuelve a quedar desierta

La licitación para la reapertura del matadero de Liébana y Peñarrubia ha quedado de nuevo desierta al no postular ninguna empresa a la ejecución del citado servicio, lo que genera diferentes problemas a las empresas cárnicas de la zona, tales como el coste de los portes, el tiempo que supone llevar el ganado al matadero de Torrelavega -el más cercano- o el resultado final del producto a causa del traslado de los animales en un camión: «Se estresan y la carne no sabe igual», comenta uno de los carniceros de Liébana.
El Consejo de Gobierno autorizó en febrero de 2021 el inicio de los trámites para contratar la concesión del servicio del matadero de Liébana y Peñarrubia con la finalidad de reabrirlo «para rentabilizar las instalaciones y brindar a la comarca el servicio».
Así pues, la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente volvió a sacar a licitación el servicio del matadero de Liébana el pasado mes de agosto.
Sin embargo, esta no ha sido la única vez que el Ejecutivo regional ha sacado a concurso dicha prestación, puesto que ya lo hizo en enero de 2020, a través de la citada Consejería, con el mismo resultado que esta última vez.
La instalación se inauguró en febrero de 2010 como resultado de un acuerdo entre el Gobierno de Cantabria y la Mancomunidad de Liébana y Peñarrubia.
Por su parte, el Ejecutivo asumió la inversión de tres millones de euros que requirió el matadero, mientras que la Mancomunidad llevó a cabo la gestión del mismo a través de una empresa privada. Al no alcanzar los objetivos establecidos, la instalación cerró en 2013.

Matadero de Liébana y Peñarrubia./ Oficina de Comunicación.
«Los animales se estresan y la carne no sabe igual»
Julián Rabanal, responsable de la carnicería Julián y Rosa, en la que se trabaja con reses propias, fue uno de los siete empleados del matadero durante los tres años que la instalación estuvo en funcionamiento y ha asegurado que «todo lo que daba dinero, no interesaba hacerlo».
Para él, actualmente «el mayor problema es el traslado de los animales. No es lo mismo que una persona que sabe tratarles les baje a Tama en un remolque, a que les baje un camión con más animales». «Se estresan y la carne no sabe igual», ha argumentado.
En la misma línea Rosa Rubio ha manifestado que llevar las reses hasta el matadero de Torrelavega «supone un trastorno de tiempo» y «hay que estar pendiente de que los animales no se estresen mientras les bajamos».
Asimismo, Rosa ha explicado que no llegaron a utilizar el matadero de Liébana y Peñarrubia pero «sería lo ideal si el precio fuera acorde, hubiera un buen trato y fueran higiénicos». «Todo lo que se halle aquí y no tengamos que salir fuera, mejor», ha insistido.
«Los portes suponen un gasto de 50 euros»
Desde Industrias Alimentarias Lebaniegas S.L. han reconocido que a las empresas cárnicas de la zona el cierre del matadero «nos afecta bastante porque hay que pagar al transportista -50 euros de los portes de ida y vuelta-«.
Igualmente, han admitido que si la instalación abriera de nuevo la utilizarían «por la cercanía, por el ahorro de los costos y porque el que usamos ahora no mata todos los días y hay que estar pendiente de los horarios«.
«Me salía más caro matar aquí que en Torrelavega»
La carnicería Santa Lucía también cuenta con ganadería propia y el responsable, Emilio, ha defendido que se reabra el matadero «pero con unas condiciones que nos beneficiaran a todos«. «Yo tardaría cinco minutos, mientras que bajar a Torrelavega me supone dos horas y media», ha argumentado.
Además, ha revelado que él mismo baja su ganado «porque en el camión los animales se golpean«.
Emilio ha confesado que le salía más caro matar en Liébana que en Torrelavega, ya que «cobraban la matanza y un tanto por kilo por el servicio de desplazarlo del matadero a Potes». «Me resultaba más económico mandar un taxi a buscarlo a que me lo subiera el camión», ha añadido.
Sin embargo, el carnicero ha valorado que este matadero «tenía los días contados» porque «es industrial para matar para toda Cantabria y mandar a otras provincias» y en la comarca «ha bajado mucho la venta y la población».
Para Emilio, «el problema que existe es que estamos muy lejos y tenemos muy malos accesos«. «¿Quién va a venir a sacrificar aquí conforme están el gasoil y los portes? No lo veo viable», ha reflexionado.
«Es una pena porque podría generar puestos de trabajo»
Luis Alberto Alles, presidente de la Asociación de Ganaderos de Liébana, integrada por unos 80 ganaderos de la comarca, ha apuntado a las dificultades a las que se enfrentan actualmente estos profesionales del sector primario, entre las que se encuentran la protección del lobo o la burocracia, como posible motivo por el que nadie se ofrece para asumir la actividad del matadero. «Es una pena porque podría generar puestos de trabajo y se van por ahí abajo», ha lamentado.
Además, Alles ha indicado que otro de los inconvenientes para la reapertura de la instalación es el descenso tanto de ganaderos como de ganado en la comarca.
Como ejemplo de ello ha puesto a Bejes, una localidad «que fue muy ganadera» y que «reúne la mayoría» de la ganadería de la zona, pero en la que el número de ovejas ha disminuido de 4.000 ejemplares a menos de un millar en los últimos años.

Matadero de Liébana y Peñarrubia.
Inversiones en el matadero de Torrelavega
El Gobierno de Cantabria ha aprobado la concesión de una subvención de 150.000 euros al Ayuntamiento de Torrelavega para apoyar inversiones en el matadero municipal, entre las que se encuentran la continuación de la reforma integral de la cuadra, la reforma de los boxes de sacrificio de ganado ovino, caprino y porcino, y otras actuaciones necesarias en el proceso productivo.
Así lo ha explicado la consejera de Empleo y Políticas Sociales, Ana Belén Álvarez, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno celebrado el jueves 10 de febrero.