Carlos Martínez, agricultor lebaniego: «En agosto los tomates son más gordos y tienen un sabor espectacular»

Carlos Martínez, natural de Toranzo (Vega de Liébana), cultiva todo tipo de alimentos: ajo negro, melón, calabacín, espárragos e incluso kiwis. Pero si hay un producto que resalta entre todos ellos es el tomate, una fruta de la que ha llegado a sembrar hasta 20 tipos diferentes y que aconseja consumir durante el mes de agosto, puesto que coincide con «la tercera o cuarta floración» y en esta época son «los más gordos» y tienen un sabor «espectacular».

Sandía de casi 10 kilogramos.
El lebaniego se introdujo en el mundo de la agricultura hace ocho años, tras perder el empleo en la crisis económica de 2008, aunque confiesa que «en mi casa siempre hubo un huerto familiar».
En sus inicios, Carlos cultivaba sobre todo caricos, «la alubia de Cantabria», puntualiza, pero «no me resultó». Fue entonces cuando decidió experimentar y «ahora tengo un poco de cada cosa. Bastante variedad», comenta.
Entre la variedad de tomates que acoge la huerta de Carlos, ubicada en Naroba (Vega de Liébana) y con 6.000 metros cuadrados de superficie que abastecen a un total de ocho familias, predomina el Jazz, que se caracteriza por ser «liso, de buen tamaño, de sabor excelente y resistente a las enfermedades».
Igualmente, el agricultor cuenta con diversas «razas antiguas» de tomate, es decir, «las de siempre, que están sin hibridar».

Tomate de Abanillas.
Entre ellas destaca el tomate de Abanillas, que aunque «es muy complicao de cultivar», está «muy rico» y puede llegar a pesar casi dos kilogramos», o el tomate rosa, cuya producción es complicada por su delicadeza y su vulnerabilidad ante las enfermedades.
Sin embargo, Carlos pone en valor las particulares características del tomate de Liébana, el cual puede comerse incluyo con piel porque «es muy fina» y «no molesta». Asimismo, desvela que tanto el sabor como la textura de la carne son diferentes al resto de tomates.
No obstante, el lebaniego admite que el año pasado conoció «uno de los más ricos que he probado: el de Huevo de Toro», al que describe como «espectacular» y del que este año «he puesto 70 plantas».

La huerta de Carlos cuenta con una superficie de 6.000 metros cuadrados.
Suelo sano y temperaturas estables
Para producir este fruto es necesaria una media de entre 40 y 45 días, pero «si pierdes una floración son 20 días más». Además, el suelo tiene que estar «sano y bien abonado» y la tierra debe «drenar bien» y no ser «muy ácida».

El tomate Cherry Bombilla luce un color anaranjado.
En cuanto al clima, el tomate requiere que la temperatura no baje de los 15 grados ni experimente cambios bruscos, lo cual es una de las desventajas del valle lebaniego para el cultivo de esta fruta, puesto que «aquí tenemos días de mucho calor y por las noches baja mucho la temperatura», además de otros inconvenientes como «la humedad y las nieblas».