Camaleño acoge la tradicional subida del ganado al puerto de Áliva

El valle de Camaleño ha acogido este domingo la tradicional subida del ganado al puerto de Áliva, donde permanecerá hasta el próximo mes de octubre, así como un acto de reconocimiento al equipo que resolvió el problema de malformación de terneros en puerto.
Durante la jornada, el Ayuntamiento de Camaleño ha condecorado a los impulsores del tratamiento con una placa conmemorativa que el alcalde ha entregado al catedrático y rector de la Universidad de León, Juan Francisco García Marín, en agradecimiento y representación de todas las personas y entidades que participaron en la investigación y solución del problema que durante décadas afectaba al ganado bovino.
En la tarea han participado el alcalde de Camaleño, Óscar Casares, el consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Guillermo Blanco, y algunos ganaderos que han subido a lo largo de la jornada.
También han estado presentes la directora general de Ganadería, Beatriz Fernández, la presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cantabria, Rita de la Plaza, y el responsable del departamento de Sanidad Animal de la Universidad de León, Juan Francisco García.
Tradición
La subida del ganado al puerto de Áliva es una práctica que permitirá a los ganaderos realizar las actividades de mantenimiento de sus explotaciones mientras sus animales permanecen en las altas praderías de los Picos de Europa.
Los animales de los diferentes puertos del valle han realizado la ascensión al puerto de Áliva bajo la supervisión de sus propietarios, que como es tradición desde la Edad Media, dejan a sus animales en las diferentes majadas de Picos de Europa para que pasten durante la época estival.
Tratamiento pionero
El consejero ha subrayado la importancia de poner la ciencia y sus investigaciones al servicio del sector ganadero. Prueba de ello son los buenos resultados del tratamiento pionero que se administró al ganado el pasado año para combatir las malformaciones que sufren al nacer numerosos terneros de Liébana, conocidos localmente en la zona como ‘chánganos’, y para el que han colaborado el Ayuntamiento de Camaleño, el Colegio de Farmacéuticos de Cantabria y el departamento dirigido por Blanco.
El tratamiento consistió en la administración de ácido fólico en forma de ampollas inyectables a las hembras de ganado bovino para prevenir las malformaciones, las dificultades en los movimientos y la ceguera que padecen algunos terneros de las explotaciones de la comarca lebaniega.
Se trata de una patología denominada mielodisplasia congénita que afecta a terneros que nacen entre febrero y marzo de hembras que pastan a más de 1.300 metros de altitud y que está asociada al consumo de plantas teratógenas al inicio del pastoreo.
En la investigación y desarrollo del tratamiento han colaborado el departamento de Sanidad Animal de la Universidad de León, el Instituto de Desarrollo Ganadero y Sanidad Animal de León, el Centro de Investigación y Formación Agrarias (CIFA) del Gobierno de Cantabria y los veterinarios clínicos de la zona.