Los restos fósiles hallados en cuevas de Tresviso y Cillorigo de Liébana se convierten en la pieza del mes del MUPAC

El Museo de Arqueología y Prehistoria de Cantabria (MUPAC) ha acogido este martes la presentación de la pieza del mes de noviembre. Se trata de los restos fósiles del buey almizclero más antiguo al sur de Europa, datados en más de 35.000 años de antigüedad, que han sido hallados en la Cueva de Cabeza de Vaca (Tresviso) y la Torca de los Huesos o del Oso Caído (Cillorigo de Liébana).
Roberto Ontañón, director del MUPAC, ha recordado que estos restos fósiles fueron descubiertos en un proyecto de recuperación y estudio de restos óseos de mamíferos cuaternarios en dos cavidades cántabras del Parque Nacional de los Picos de Europa, desarrollado entre 2017 y 2019.
Ontañón también ha asegurado que estas piezas son únicas en el panorama museístico español y que representan la enorme riqueza arqueológica y paleontológica de Cantabria.
Al acto han asistido el vicepresidente y consejero de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte, Pablo Zuloaga, el director del museo, Roberto Ontañón, y por los responsables del proyecto, Monserrat Jiménez y Diego J. Álvarez, profesores de la Universidad de Oviedo, que han intervenido por videoconferencia. También han asistido las directoras generales de Acción Cultural, Gema Agudo; y de Patrimonio Cultural y Memoria Histórica, Zoraida Hijosa.
Restos fósiles
El descubrimiento ha incluido un cráneo en excelente estado de conservación, que se incorporará a la exposición permanente del museo, y 38 piezas del esqueleto post craneal pertenecientes, al menos, a dos individuos.
Estos 38 restos esqueléticos, integrados por huesos de extremidades, vértebras y fragmentos de costillas, se encontraban dispersos por la superficie de la cueva y, tras un minucioso estudio comparativo, se ha determinado su pertenencia al buey almizclero.
Los huesos se han asignado, al menos, a dos individuos: un ejemplar macho joven -unos 20 meses- al que corresponde el cráneo, y otro ejemplar subadulto -de unos 38-44 meses-. Dichos huesos se han podido situar en el período glacial gracias a un método del radiocarbono.
Además de suponer el hallazgo más suroccidental de esta especie en Eurasia, ampliando así su área de expansión, Monserrat Jiménez y Diego Álvarez han comentado que esta especie del buey almizclero tiene una alta significación paleoambiental, ya que se trata de una especie adaptada a un clima muy frío.
También han subrayado el interés de la fecha datada, porque en términos de paleontología humana corresponde a los inicios del Paleolítico superior, período en el que los seres humanos anatómicamente modernos (Homo sapiens) llegaron a estas latitudes.