La lebaniega Lara Rabanal celebra el Día Mundial de la Costura siguiendo los pasos de su abuela

Lara Rabanal López (Potes, 1990) es quiromasajista y monitora de actividades extraescolares de profesión, pero su arraigo a la vida rural y a las tradiciones le han impedido salir de Liébana para buscar una vida laboral acorde a su formación. Actualmente trabaja en el servicio de limpieza del centro de salud de Potes y dedica su tiempo libre a coser, siguiendo los pasos de su abuela Inés.
Esta vecina de Potes se inició en la costura hace un año, ya que «los inviernos se hacían muy largos». A pesar de que no sabía coser, se hizo con una máquina y, de forma autodidacta, aprendió a hacerlo para elaborar algunos detalles a su pequeña Candela.
Se trata de una labor que Lara ha visto desde pequeña, puesto que su abuela era costurera y «la recuerdo arreglar ropa» cuando ella era tan solo una niña. «Siempre me llamo la atención», ha reconocido. De hecho, cuando adquirió la máquina de coser, Lara acudió a su abuela, de 82 años, para que le enseñara esta tarea.
«Te motiva que a la gente le guste lo que haces y lo valore»
Pronto, Lara empezó a recibir encargos de sus conocidos y, ya que «me gustan los retos», comenzó a confeccionar guirnaldas con nombres, kit de bienvenida para recién nacidos y mochilas, entre otras manualidades que se pueden ver en las redes sociales de Liébana Entrecosturas. «Empezó como un hobby pero te motiva que a la gente le guste lo que haces y lo valore», ha confesado con orgullo.

Kit de bienvenida confeccionado por Lara.
A raíz de la pandemia, la joven comenzó a hacer mascarillas «con el poco material que había por casa». Al principio se negaba a hacerlo, ya que «me negaba a aprovechar la situación para hacer negocio con ello», pero después de hacérselo a una amiga, «la gente empezó a contactar conmigo», por lo que se puso manos a la obra y «solo les cobraba el material».
Además, la lebaniega retomará, a partir de noviembre, un taller de costura de indumentaria tradicional junto a Gema, de Artesanía del Bosque. Se trata de un punto de encuentro entre mujeres, aunque los hombres también tienen la puerta abierta a realizar dicha actividad.
Este taller no es la primera iniciativa que promueve Lara con el objetivo de conservar las tradiciones de la zona, sino que tiempo atrás ya organizaba «quedadas laneras» en el bar de su amiga Luzma, al que acudían diferentes mujeres para tejer, hacer ganchillo…
Lara ha triunfado varias veces en el concurso Pozu Jondu, organizado por la Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC), ya que obtuvo el segundo premio en la modalidad de tambor (2005) y en la modalidad de baile tradicional (2006 y 2010), y se alzó con el primer premio de tambor en 2008.
También formó parte de la Asociación socio-cultural de Ciliembru y actualmente es miembro de la Asociación socio-cultural L’Escañetu desde 2009.
Una joven muy rural
Lara se describe a sí misma como una mujer «rural 100%». Además, reconoce tener «pensamiento de antaño» para la edad que tiene, puesto que considera a la mujer el pilar de la casa.

Lara esquilando una oveja en Bejes.
«En mi casa somos todos muy rurales», ha asegurado. «En su día tuve ovejas, caballos, colmenos… Por eso soy muy rural y no se me pone nada por medio», ha contado entre risas. Por eso, la joven se mantiene en su lucha por mantener las tradiciones de Liébana, y cree que ese espíritu tradicional «nos lo inculcó mi abuela».
Lara recuerda su niñez en Tresviso, donde pasaba cada verano junto a su abuela Lola, la tamboritera de Tresviso y quien la enseñó a dar «mis primeros toques de tambor». «Te levantabas e ibas a las vacas o a hacer la hierba. Lo pasaba mal porque me separaba de mis padres. A día de hoy lo veo una suerte», ha contado con nostalgia.
«Intento que mi hija viva lo que yo viví»

Lara junto a su hija Candela en la romería de Tresviso.
Para ella, esa experiencia «te hace valorar más las cosas y madurar de otra manera». «Ahora intento que mi hija vaya allí con mis padres y viva lo que yo viví», ha explicado. «Al final, lo que mamas de niño sigue adelante», ha afirmado.
La lebaniega ha añadido que se siente identificada con una estrofa de una copla del pericote de Tresviso:
«De la raíz del olivo
nació mi madre serrana
y yo como soy su hija
nací de la misma rama»
Respecto a su vida en la comarca, la joven ha dicho que «estoy donde quiero y he podido hacer lo que he querido». «Nos cuesta marcharnos. La gente está volviendo, pero lo complicado es tener trabajo aquí», ha comentado.
Para la próxima primavera, Lara tiene pensado poner unas seis colmenas para autoconsumo, ya que «Liébana es buena para producir cualquier cosa». «Tenemos la suerte de que cualquier cosa que pongas, se da», ha señalado.