Cantabria deja de medir el riesgo de COVID-19 por municipios

La medición del riesgo por COVID-19 ya no se realizará por municipios, sino a nivel de comunidad autónoma. Además, Cantabria se adapta al nuevo escenario que plantea la pandemia de COVID-19 y, a partir de ahora, equipara las medidas no farmacológicas aplicables a los niveles 1 y 2 a las de riesgo controlado, situación en la que en estos momentos se encuentra toda la región.
El consejero de Sanidad, Raúl Pesquera, y el director general de Salud Pública, Reinhard Wallmann, han adelantado este martes un cambio de paradigma en la gestión del virus y han explicado algunas de las claves que marcarán su monitorización.
Así, en nivel de riesgo controlado se deberán observar las medidas generales de higiene y prevención ya conocidas como el uso de mascarilla en interiores o cuando no se puede mantener la distancia de seguridad interpersonal; la distancia social y el lavado de manos.
Además, ha enfatizado Wallmann, hay que seguir insistiendo en la necesidad de ventilación y es «muy importante» que cualquier persona que inicie síntomas compatibles con COVID-19 reduzca «drásticamente» sus contactos sociales.
La modificación de estas medidas entrará en vigor a las 00:00 horas del jueves 24 de marzo.
Según ha explicado Reinhard Wallmann, la ciudadanía cántabra ha alcanzado una inmunocompetencia muy elevada debido a la vacunación y a la última onda de ómicron, que ha provocado más de 82.000 casos positivos en la región.
Como consecuencia, este nuevo escenario exige centrar la vigilancia en la incidencia acumulada de la población mayor de 60 años, puesto que es el colectivo más vulnerable.
Respecto a la hospitalización, si bien se va a mantener ese indicador, ahora se va a desglosar el número de pacientes ingresados «por» COVID-19, es decir, de personas cuyo «diagnóstico principal» sea una neumonía o una infección respiratoria provocada por el virus. Por eso, este será el indicador para evaluar en nivel de riesgo, hospitalización por SARS-CoV-2.
En cambio, no se tendrán en cuenta en las mediciones todas aquellas personas con COVID-19 como diagnóstico secundario y cuyo motivo principal de ingreso no es el virus, puesto que ya no desplazan a personas con otras patologías.