Vega de Liébana, la cuna de la miel lebaniega

La naturaleza del Valle de Cereceda presenta unos parajes con un encanto sin igual, pero poco tiene que envidiar el mirador de Llesba, a 1.600 metros de altitud, que hace que sus visitantes sean testigos de una panorámica única de los Picos de Europa. Peña Prieta, de más de 2.500 metros de altitud, es uno de los elementos distintivos del montañoso paisaje que ofrece este territorio, que limita con León.
Su núcleo de población se concentra en una zona compuesta por viviendas típicas lebaniegas, que constan de una fachada de sieto, corredores orientados a la fachada y un corral para el ganado. Cabe destacar que las manifestaciones artísticas del municipio son principalmente rústicas y montañesas.
La localidad de La Vega acoge cada mes de noviembre la Feria de la Miel, en la que se muestra este producto y otros trabajos artesanos al público. La miel de Liébana, en concreto, es de la pocas en España que tiene Denominación de Origen.
Por esta zona discurre la Ruta Leonesa el Camino Lebaniego -o Ruta Vadiniense-, un camino de peregrinación que parte de Mansilla de la Mulas o del Sahagún (en el Camino Francés) y pasa por el Puerto de San Glorio, Ledantes, Vejo, Vega de Liébana, Tollo, Tudes, el pueblo abandonado de Porcieda y el alcornocal de Tolibes -el más extenso de Cantabria-.
En el pueblo de Ledantes existe una de las pocas Pisas que se conservan. Este antiguo artilugio aprovechaba la fuerza motriz del agua del arroyo para golpear las telas de lana y, así, compactar y ganar resistencia y grosor. De esta manera se obtenía el sayal, es decir, la tela con la que se hacían desde pantalones hasta mantas o escarpines para las albarcas.
En Enterrías se encuentra la popular Casa de las Doñas, un museo etnográfico que conserva enseres y elementos etnográficos y recrea la vida cotidiana en la Liébana del siglo XIX.