Tete, el artesano de Camaleño: de fabricar sus juguetes a replicar el Monasterio de Santo Toribio

Vicente Bedoya García (Camaleño, 1957), más conocido como ‘Tete’, ha sido conductor de autobuses y camiones toda la vida. Sin embargo, desde niño ha tenido un don que hoy en día hace más visible que nunca: la artesanía con madera.
Tete nos recibe de buena mañana en su pequeño taller, rodeado de artilugios de madera que seguramente haya hecho él mismo y de montañas de leña que irán a la lumbre este invierno. Ya empieza a calentar el sol, y los rayos resaltan el magnífico hórreo de madera ubicado en el jardín.
«Buenos días», dice una voz grave desde el taller. Allí se encuentra el artista de Camaleño, más abrigado de lo que el tiempo reclama, con un sombrero personalizado y calzado con unas albarcas -calzado rústico, típico de Cantabria, hecho con madera-.
El taller acoge numerosos objetos de madera sin acabar. Mientras Tete termina de chuscar -quitar la madera que sobra- una cuchara, nos cuenta que lleva haciendo esta labor «casi toda la vida». «Cuando era crío hacía cosas para jugar», recuerda.

Tete terminando un salero.

Agradecimiento del Ayto. de Camaleño por la participación de Tete en la Feria del Pilar (2004).
Hace 20 años, Tete se animó a ir a la Feria del Pilar en Camaleño, a la que llevó las pocas cosas que tenía hechas. A partir de ese momento, «me animé y fui haciendo». Desde entonces, participa en varias ferias de la comarca «para dar ambiente», como la de la Miel en Vega de Liébana, donde lo que más triunfan son «vehículos o saleros». «Siempre vendes algo, y si no, lo tienes en casa de recuerdo», dice Tete.
El artesano puede llegar a dedicar entre tres y cuatro horas diarias a esta tarea «porque me gusta». Eso sí: «Se hace mejor solo, tranquilo, concentrado», insiste Tete. «Esto se hace poco a poco, con mucho cuidado y paciencia. No se puede pedir que te haga algo deprisa y corriendo», explica. Esta labor «se hacía en casi todos los pueblos altos, como Dobres o Pembes», pero ya «se ha perdido», cuenta Tete apesadumbrado.
El proceso de elaboración de cada objeto es similar. Después de recoger o comprar la madera necesaria, se toman las medidas de la pieza que se va a hacer. Tete se decanta por la madera de castaño, puesto que «se trabaja bien y es buena para la polilla».

Tete labrando una cuchara con la azuela.
El siguiente paso es dibujar el patrón de la pieza para después chuscarla con la azuela. Posteriormente, el de Camaleño lo talla con una navaja, también artesana. «Esto no lo encuentras en ningún lado», dice sobre su herramienta más preciada. Por último, se pinta o barniza la pieza ya terminada «para ponerlo más guapo y para que no entre polilla».

Colección de autobuses.
Entre la colección artesana de Tete se pueden observar cascanueces, escudos de diversos equipos de fútbol, carros, albarcas, lugares emblemáticos de Liébana… Pero, sin duda, el producto estrella son los camiones y los autobuses. Sin embargo, si hay algo que llama la atención entre toda esta variedad de artilugios son los hórreos -contrucción destinada a guardar y conservar los alimentos-, cuya elaboración refleja hasta el más mínimo detalle.
Fotogalería

Tete tallando una bota en miniatura con una navaja.

Tete elaborando un salero con la azuela.

Exposición casera.

Saleros.

Ayuntamiento de Camaleño.

Placa del Año jubilar 2006.

Monasterio de Santo Toribio.

Ermita de Áliva.

La Pisa de Ledantes.

Hórreo lebaniego.

Camión.

Camión.

Motos.

Coche.

Coche.

Camión.

Autobús.

Vehículo.

Albarca pequeña.

Fanega para medir el trigo.

Escudos de distintos equipos de fútbol.

Cucharas.

Cascanueces.

Tete explicando las diferencias entre un hórreo asturiano y uno lebaniego.

Salero.

Salero.

Salero.

Rueca para la lana.

Plancha.

Carro.

Carro.

Carro.

Carro.

Taller de Tete.

Taller de Tete.

Taller de Tete.