La Santuca se reencuentra con el Lignum Crucis en una celebración condicionada por la pandemia

La Santuca se ha reencontrado con el Lignum Crucis este domingo 2 de mayo, después de dos años, en el monasterio de Santo Toribio, donde más de un centenar de lebaniegos la han arropado en la misa celebrada a las 12.00 horas. Al finalizar la ceremonia, los fieles han pasado ante la imagen para venerar a la patrona de Liébana antes de ser trasladada a la iglesia de Potes, donde ha tenido lugar la misa a las 13.30 horas.
La celebración ha estado condicionada por la pandemia, por lo que la imagen ha llegado en coche hasta el recinto, se ha reducido el aforo en el interior del centro y se han suprimido actos como la procesión o la veneración de la medalla.
Ante la imposibilidad de llevar a cabo la «popular» procesión del 2 de mayo, desde la Hermandad Virgen de la Luz «hemos querido recuperar el acto de encuentro con el Lignum Crucis, que al final es el objetivo de la procesión», reconoce Francisco González (Torices, 1982), presidente de la Hermandad y mayordomo de la Santuca.
«En esta situación es difícil que podamos pensar en volver a hacer las cosas como se hacían siempre», comenta Francisco apenado.
Además, la capilla de la residencia de Potes ha aguardado la imagen de La Santuca desde la tarde del sábado. Allí, los más mayores pudieron celebrar la Eucaristía y el séptimo día de la Novena. «Hemos querido tener este gesto con todos ellos como agradecimiento al gran esfuerzo que han hecho durante el último año a causa de la pandemia», ha apuntado el Arciprestazgo de Liébana en sus redes sociales.
Esta fecha es «muy señalada para todos los lebaniegos». Sin embargo, también los vecinos de Peñarrubia y Polaciones «tienen bastante devoción por la Virgen de la Luz«, puesto que «Peña Sagra es una zona limítrofe», cuenta Francisco.
«Los que vivimos fuera -entre los que el propio Francisco se incluye- intentamos no fallar«, admite, y aunque «es difícil hacer la procesión entera, intentamos siempre acompañarla un rato», dice en alusión a la Virgen de la Luz.
Por todo ello, Francisco insiste en que «la devoción por la Santuca va mucho más allá de la Hermandad», la cual está compuesta por unos 200 cofrades. Asímismo, el presidente de dicha Hermandad ha mostrado su respeto a los devotos que no son cofrades, «que son muchos más», ha sentenciado.
Misas y Novena
Los actos de celebración de la Santuca 2021 han tenido que ser modificados a causa de la pandemia. No obstante, las misas y la Novena se han retransmitido en directo a través de las redes sociales del Arciprestazgo de Liébana para que los lebaniegos puedan acompañar a su patrona un año más, pero de una forma diferente.
El 24 de abril, la imagen baja desde Peña Sagra hasta la ermita Somaniezo. Al día siguiente, en San Marcos, la procesión tiene su inicio en la ermita de Somaniezo y concluye en la iglesia de Aniezo, mientras se lleva a cabo la rotativa y la bendición de los campos. En este caso, se trata de «una tradición muy marcada, sobre todo para la gente de los pueblos de Aniezo, Somaniezo y el Valle Estrecho«, explica el presidente de la Hermandad.
Por su parte, el 26 de abril empieza la Novena, que consiste en nueve días de misa y oración dedicados a la Virgen de la Luz.
La procesión más larga de España
La celebración más significativa tiene lugar el 2 de mayo, día en el que, tras la misa en la parroquia de Aniezo, la Virgen de la Luz es transportada en andas hasta Santo Toribio para encontrarse con el Lignum Crucis a las 12.00 horas.
No obstante, «el momento más emocionante» es la parada de La Santuca frente a la residencia de Potes. «Te encoge el corazón cuando escuchas a algunos abuelos despedirse y decir que igual es la última vez», dice Francisco recordando el momento.
Más tarde, se celebra una misa en Potes y, por último, se vuelve a Aniezo. La vuelta es «más relajada», ya que no tiene establecida una hora de llegada, por lo que se hacen paradas en distintos pueblos como Ojedo, Frama o Cambarco.
Se trata de la procesión más larga de España realizada en un mismo día, puesto que se recorre un total de 26 kilómetros (aproximadamente). Durante todo este trayecto, las andas, llevadas entre dos personas, se van turnando sin parar de caminar: «Es como que va en volandas, siempre sobre los hombros de alguien», detalla Francisco.
Además, este día se utilizan unas andas «muy antiguas y muy decoradas, de estilo barroco», describe el mayordomo de la Santuca.
Aunque «es muy difícil estimar la cantidad» de vecinos que participan la procesión, la parte que más gente congrega es «antes, durante y después» de cruzar Potes.
El 4 de mayo finaliza la Novena y la Virgen de la Luz, con un tamaño de 23 centímetros, vuelve a subir a Peña Sagra.
Una tradición con «cantera»
A pesar de ser «una fiesta católica», para Francisco la Santuca «va mucho más allá», puesto que «está muy arraigado en nosotros».
«En 2019, antes de que todo esto explotara, en Aniezo ves un montón de gente joven que sube para empezar la procesión«, cuenta Francisco. Así pues, la tradición «no veo que merma. Al revés. Veo que se está fijando, que hay cantera», remarca.
Donde sí «se va notando la merma», confiesa el presidente de la Hermandad, es «en las cosas más tradicionales, como las misas de Novena, los rosarios…».
Sin embargo, Francisco fue testigo de que mucha gente ponía fotos en sus redes sociales con la Santuca el año pasado. «Que veas a la gente joven implicarse de esa manera, en un momento en el que ni siquiera hay celebración, te da esperanza».
Por ello, y para fomentar el porvenir de esta tradición, «intentamos que todo el mundo tenga acceso». «Si podemos favorecer en algo que estén con nosotros, lo favorecemos», insiste esperanzado.
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