El hostelero Adrián Harbuz, sobre Liébana: «Me siento como si llevara aquí toda la vida»

Adrián Harbuz (Rumanía, 1984) llegó a España en 2004 para «encontrar un trabajo y una situación mejor». En Liébana, donde siente «como si llevara aquí toda la vida», ha descubierto su verdadera vocación: la hostelería. En la actualidad, Adrián regenta el restaurante La Barrica (Potes) y es uno de los supervivientes a la grave situación que sufre el gremio hostelero debido a la pandemia provocada por el coronavirus.
Cuatro años después de trabajar en el campo, Adrián se mudó desde Toledo a la capital lebaniega, donde le esperaba su hermana Gabriela y en la que ha ejercido diferentes empleos, desde labores en el campo hasta algunas tareas en el punto limpio.
Sin embargo, Adrián descubrió su pasión en el sacrificado mundo de la hostelería, en el que «hay muchísimo trabajo en temporada, pero en invierno la vida es demasiado tranquila». «Empecé lavando platos y en la cocina porque no sabía nada y hablaba un español muy justo», recuerda.
Después de trabajar de forma temporal en varios establecimientos de Potes y tras dirigir una discoteca, en 2015 decidió comenzar a regentar el restaurante La Barrica, el cual cuenta con una plantilla de cinco trabajadores fijos en invierno, con su hermano mellizo Stefan como cocinero, y a la que en verano se suman su madre, dos de sus hermanas y varios camareros extras.
A pesar de tener cerrado el restaurante desde el mes de noviembre, Adrián podrá continuar adelante con su negocio. El hostelero no duda en describir el 2020, en cuanto a trabajo se refiere, como «el mejor año que he visto». «Tremendo», insiste. De hecho, admite que «a nosotros se nos ha ido un poco de las manos y hemos tenido que trabajar solo con reservas y dar lo que podemos».
A Adrián le encanta su oficio porque «me gusta el público», pero no se ve desarrollando la misma labor en su país, donde «no hay este servicio ni este trato familiar».

Plantilla de trabajadores de La Barrica.
«Parecemos una familia»
Adrián ha encontrado en Liébana una vida «muy tranquila, cómoda y barata» y destaca de la comarca «la gente, la comida, las rutas… todo». Además, el hostelero describe a sus vecinos como gente «muy cariñosa» y pone en valor que «nos conocemos todos y todo el mundo te saluda por la calle». «Parecemos todos una familia», subraya.
En Liébana, donde los Picos de Europa le recuerdan a su tierra natal, Adrián «se encuentra más seguro y con más opciones». «Es algo muy pequeñito, como que no tiene vida, pero con los años me he dado cuenta de que es todo lo contrario», dice el hostelero sobre la comarca. «Ahora mismo no me marcharía de aquí», asegura.
Adrián desea llegar a ser el propietario de algún establecimiento «para tener el 100% de mi vida aquí» y augura que el futuro de la comarca vendrá «con muchísima gente». «Pienso que la gente en los próximos años va a buscar un destino más seguro, como el año pasado. Mis clientes me decían que aquí encuentran más tranquilidad y menos riesgo», comenta muy seguro de su pronóstico.